Indígenas vuelven a la Amazonía sin ver a Morales y con las manos vacías
Fuente: EFE | 2012-07-11
Centenares de indígenas que marcharon más de dos meses entre la Amazonía y La Paz y acamparon 14 días cerca del Palacio de Gobierno en la capital boliviana vuelven a la Amazonía hoy, miércoles 11 de julio de 2012, tras no haber sido recibidos por el presidente Evo Morales a quien le pedía que no construya una carretera en la reserva natural del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure (Tipnis). EFE/Martin Alipaz
La Paz, 11 jul (EFE).- Cientos de indígenas bolivianos que llegaron a La Paz hace quince días, tras dos meses de caminata, retornaron hoy a la Amazonía sin lograr ver al presidente, Evo Morales, y con las manos vacías porque no lograron frenar la carretera que impulsa el mandatario en el parque natural Tipnis.
Los nativos, entre los que había decenas de niños, levantaron el campamento que montaron a las puertas de la Vicepresidencia, a una manzana de la Presidencia, a la que varias veces intentaron acercarse pero fueron reprimidos por la Policía.
El principal dirigente del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Fernando Vargas, declaró a Efe que vuelven a sus comunidades con "la frente en alto" porque la marcha, la segunda en menos de un año, los unió y sensibilizó al país sobre el daño que sufrirá la reserva si se construya la vía.
"El Gobierno ha demostrado que no tiene la mínima capacidad de cumplir lo que dice en el contexto internacional: que es defensor de la Madre Tierra, de los derechos de los indígenas, cuando en su propio territorio está a punto de destruir un parque", sostuvo.
Criticó que Morales no los haya recibido tras el sacrificio que supuso la caminata desde la Amazonía y le acusó de preocuparse solo de los productores de hoja de coca, materia prima de la cocaína.
Desde que llegaron a La Paz el 27 de junio, los amazónicos cercaron la Vicepresidencia, acamparon cerca del Palacio de Gobierno y fueron reprimidos violentamente por la policía cuando intentaron pasar las barricadas.
El Gobierno dijo que quería dialogar con los indígenas, pero no aceptaba hacerlo con sus dirigentes y exigía otros portavoces.
También firmó acuerdos con varios sectores progubernamentales para validar su proyecto de carretera y logró que decenas de indígenas abandonasen la protesta en La Paz.
Los indígenas señalaron que como el Gobierno no les dejó pasar a la Plaza Murillo, donde está la Presidencia, ni Morales los recibió, ellos también impedirán el trabajo de los funcionarios que quieren hacer una consulta en el Tipnis sobre la carretera.
"Lo que pase en el Tipnis es responsabilidad de Morales", dijo Vargas, quien agregó que serán las comunidades las que definan cómo resistir las acciones del Gobierno.
El Tipnis es un territorio colectivo indígena de 1,2 millones de hectáreas en el que viven 14.000 nativos de tres etnias, en medio de una extraordinario hábitat natural.
Según sus dirigentes, los amazónicos temen ser invadidos por los cultivadores de hoja de coca de la zona vecina del Chapare, bastión político de Morales, recién reelegido máximo dirigente de seis federaciones de cocaleros.
Morales defiende la carretera en el Tipnis, entre las regiones de Cochabamba y Beni, como necesidad para el desarrollo de Bolivia.
El alcalde de La Paz, el centroizquierdista Luis Revilla, salió de su oficina para despedir a los indígenas y dijo que es un error de Morales creer que el conflicto acaba con la partida de los nativos.
Los nativos, entre los que había decenas de niños, levantaron el campamento que montaron a las puertas de la Vicepresidencia, a una manzana de la Presidencia, a la que varias veces intentaron acercarse pero fueron reprimidos por la Policía.
El principal dirigente del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Fernando Vargas, declaró a Efe que vuelven a sus comunidades con "la frente en alto" porque la marcha, la segunda en menos de un año, los unió y sensibilizó al país sobre el daño que sufrirá la reserva si se construya la vía.
"El Gobierno ha demostrado que no tiene la mínima capacidad de cumplir lo que dice en el contexto internacional: que es defensor de la Madre Tierra, de los derechos de los indígenas, cuando en su propio territorio está a punto de destruir un parque", sostuvo.
Criticó que Morales no los haya recibido tras el sacrificio que supuso la caminata desde la Amazonía y le acusó de preocuparse solo de los productores de hoja de coca, materia prima de la cocaína.
Desde que llegaron a La Paz el 27 de junio, los amazónicos cercaron la Vicepresidencia, acamparon cerca del Palacio de Gobierno y fueron reprimidos violentamente por la policía cuando intentaron pasar las barricadas.
El Gobierno dijo que quería dialogar con los indígenas, pero no aceptaba hacerlo con sus dirigentes y exigía otros portavoces.
También firmó acuerdos con varios sectores progubernamentales para validar su proyecto de carretera y logró que decenas de indígenas abandonasen la protesta en La Paz.
Los indígenas señalaron que como el Gobierno no les dejó pasar a la Plaza Murillo, donde está la Presidencia, ni Morales los recibió, ellos también impedirán el trabajo de los funcionarios que quieren hacer una consulta en el Tipnis sobre la carretera.
"Lo que pase en el Tipnis es responsabilidad de Morales", dijo Vargas, quien agregó que serán las comunidades las que definan cómo resistir las acciones del Gobierno.
El Tipnis es un territorio colectivo indígena de 1,2 millones de hectáreas en el que viven 14.000 nativos de tres etnias, en medio de una extraordinario hábitat natural.
Según sus dirigentes, los amazónicos temen ser invadidos por los cultivadores de hoja de coca de la zona vecina del Chapare, bastión político de Morales, recién reelegido máximo dirigente de seis federaciones de cocaleros.
Morales defiende la carretera en el Tipnis, entre las regiones de Cochabamba y Beni, como necesidad para el desarrollo de Bolivia.
El alcalde de La Paz, el centroizquierdista Luis Revilla, salió de su oficina para despedir a los indígenas y dijo que es un error de Morales creer que el conflicto acaba con la partida de los nativos.