Yvelisse Prats Ramírez de Pérez
EN PLURAL
Porque estamos hermanados en la misma trinchera, tercos en la utopía, Tony Raful y yo coincidimos esta semana en escribirte cartas repletas de recuerdos y nostalgias, también esperanzadas, en el aniversario del día en que naciste hace 75 años.
Me costó mucho remontar el arduo río de tristeza de tu muerte. Pero tu fuerza y mi cariño se aunaron, y te recuperé vivo, combativo, presente.
Contigo, querido Peña Gómez, encuentro respuestas en tus libros, o en obras que leías y me recomendaste marcando los pasajes relevantes con gruesas líneas rojas, sangre prolija que señala preceptos como faros.
Si persiste una duda, o no entiendo claramente el mensaje, o me siento cansada de buscar soluciones para los otros, y deseo el reposo, alejarme a vivir mi propia vida, la poca o mucha que me quede, tú me sacudes, bendito seas, querido Peña Gómez, me conduces de nuevo al ruedo de la lucha con el simple y sereno recurso de tu recuerdo.
El ejemplo de tu perseverancia en el servicio hasta la inmolación, que asumiste como deber kantiano, ese "primero la gente" que te impulsó a llevar a la presidencia a dos perredeístas antes de que te decidieras a aspirar para ti lo que tu liderazgo merecía y que te negaron con vesania malos dominicanos, se yergue, me azuza, desafía mis bríos, me pone en pie de guerra.
La costumbre de dialogar contigo es mi mejor gimnasia de estudio y de trabajo. Esta carta no es pues, querido Peña Gómez, un lúdico esguince literario sino un ejercicio más de esta conversación mantenida contigo.
Te saludo cada mañanita, mientras leo la Biblia, como tú lo hacías diariamente, descifrándola en varios idiomas para practicar tu prodigioso don de lenguas.
Te pido también que me comentes las últimas noticias, al entrar en la Biblioteca del Instituto de Formación Política que lleva tu nombre, donde trabajo arropada por tu magisterio.
Te dedico con emoción el momento mágico en que un sollozo de alguna joven estudiante irrumpe en la clase de Historia del PRD que imparte Fulgencio Espinal, al saltar tu nombre entre heroicidades y sacrificios.
Cuando el pasado martes 6, día exacto de tu cumpleaños, me encabrité de indignación ante quien osó llevar en vez de las flores de la unidad, querellas, malquerencias, rencores y traumas a tu tumba, tú me calmaste, querido Peña Gómez, con tu perdón que induce al pecador al arrepentimiento.
Hablo contigo, en la alegría de tu aprobación por el reencuentro de tu Gobierno Compartido, cuando la política de alianzas que habíamos abandonado se expande bajo la dirección de Hipólito Mejía en el Frente contra la dictadura del continuismo que intenta disfrazarse en un cambio de nombres en la boleta.
Partidos emergentes, movimientos sociales, llegan a acompañar al PRD, sumándose a la lucha por un mejor país, pero para todos/as, que traduce la solidaridad, la participación, y la equidad del Socialismo Democrático al que quisiste y quieres conducirnos.
Te oigo animándome cuando la babeante campaña de nuestros adversarios, me ofende en mi pudor de maestra, en lo que creo como cristiana y en lo que sustento éticamente en mi prédica y en mi praxis.
¡Cuán vivo estás querido Peña Gómez! ¡Qué buen discurso el tuyo que creí escuchar cuando presidiste en espíritu ayer viernes 9 la graduación de 300 jóvenes egresados del Diplomado que tu Instituto ofrece con el aval académico de la Universidad Católica de Santo Domingo! Eres tanta y tan real presencia en mi vida, que casi siempre me equivoco en los tiempos verbales cuando me refiero a ti: "Peña dice" en vez de "Peña decía"; construyo mi presente político y mis compromisos futuros siguiendo el señalamiento de tu voz apremiante, de tu urgencia de cambios que no admiten posposiciones, traiciones ni malabarismos.
No he torcido hasta hoy el camino que me trazaste, querido Peña Gómez, gracias a este diálogo que mantienes conmigo. Te vivo en las justas palabras necesarias que en mi memoria te corporizan, marcándose en mi alma agradecida por esta amistad que permanece en fortaleza y gozo, en apoyo y comprensión, en aliento, aún en los peores días. Las enseñanzas tuyas también alumbrarán a Hipólito Mejía y a nuestro partido, en los mejores días que se aproximan, para hacer realidad la redención de los pobres, la liberación de los oprimidos, la transparencia que liquida la corrupción, y la igualdad de género, todos los sueños que tú y yo compartimos.
No me despido. En cartas como esta, y como la de Tony, en mis clases en el empeñoso encuentro que tengo contigo día a día, no hay adioses.
Un poco de nostalgia, hasta la próxima charla, los recuerdos a tope, la esperanza reverdecida. Y el "querido Peña Gómez" proclamando tu permanente presencia en mi vida. http://www.listindiario.com Puntos de vista 10 Marzo 2012
Hoy habrías cumplido 75 años! - por Tony Raful
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Publicado por GUASABARAeditor en GUASABARAeditor el 3/10/2012 12:09:00 PM --
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