¿QUIÉN DEBE ELEGIR LAS CANDIDATURAS ELECTORALES DE UN PARTIDO?
José Merino del Rio *
A propósito de la reciente aprobación por el Congreso del PAC del método de las convenciones abiertas para elegir a su candidato o candidata presidencial, y de la reacción que ha tenido don Alberto Cañas, expresidente y fundador de ese partido, que amenaza con retirarse inmediatamente de esa agrupación política si su Asamblea Nacional ratifica lo dispuesto por el Congreso, se está dando un debate en algunos sectores del país.
Una amiga que milita en el PAC me pregunta cuál es mi opinión, sobre ese método de las convenciones abiertas.
Sin pretender intervenir en los asuntos internos del PAC, cuyas decisiones le corresponde tomar únicamente a sus afiliados, me permito dar mi criterio al respecto.
Pienso que en la elección de sus candidaturas electorales, sería suicida que un partido no tomara en cuenta la simpatía y respeto que cada uno de sus posibles candidatos o candidatas tiene entre sus simpatizantes y electores en general.
Una persona que goza de mucho respeto y simpatía entre sus compañeras y compañeros de partido, por diversas razones puede que no los tenga o sean mucho menores entre la gente amiga del partido. Puede ser porque esa persona no es conocida, y aunque eso es responsabilidad de su partido fundamentalmente, se debe tomar en cuenta necesariamente. El partido debe ser capaz de tomarle el pulso a la ciudadanía, conocer lo más objetivamente posible su opinión, y especialmente a sus votantes tradicionales o potenciales.
Tampoco necesariamente hay una coincidencia entre las condiciones para ser una buena candidata o candidato, y las capacidades y condiciones para ejercer eficazmente un cargo de designación popular, y también al contrario. Hay entonces factores diversos que el partido debe tomar en cuenta.
Claro que estoy hablando de partidos progresistas y de izquierda, y parto del punto de que en esos partidos no manda el dinero, ni la corrupción, ni el autoritarismo, y que se valora con diversa gradualidad la importancia de la democracia interna y el valor irrenunciable de la ética.
Dicho lo anterior voy al grano, y disculpen esta larga pero necesaria introducción.
Pienso que las candidaturas de un partido las debe elegir su militancia y estoy en contra totalmente de las llamadas convenciones abiertas.
En Costa Rica las convenciones abiertas realizadas tanto por Liberación Nacional como por la Unidad Socialcristiana, han sido siempre corruptas, controladas fundamentalmente por el dinero y por los grupos de poder, y manipuladas por el juego de las encuestas y por factores antidemocráticos.
Se podrá decir en contra que hay experiencias que demuestran que el candidato más conspicuo del dinero, fue derrotado por el candidato que gozaba del apoyo popular de las bases. Relativamente cierto, pero en todo caso ese candidato sólo pudo serlo a base de concesiones para tener un respaldo económico, que le está vedado a la gran mayoría de afiliados a esos partidos. El que una vez ganadas las elecciones, desde que existen esas convenciones, todos los presidentes y presidenta hagan la misma política que le interesa a las fuerzas del dinero, hablan de una situación en la que siempre el que paga la música manda en el baile.
Caso distinto sería el de las coaliciones, como la que llevó al expresidente Carazo al gobierno. Pero incluso en ese caso, quedó demostrado que cuando don Rodrigo quiso ir contra la corriente, se quedó prácticamente sólo.
Son los militantes de un partido los que construyen ese movimiento, se comprometen con su programa, su estatuto, su ideario, y son ellos los llamados a elegir sus propias candidaturas, con los diversos métodos existentes, y siempre con la más amplia participación.
Podría un partido recoger la opinión y tomarla en cuenta de sus círculos de simpatizantes, sobre todo de aquellos que comparten luchas, proyectos, ideas. Pero no es a mi juicio un avance democrático permitir que en la elección de tus candidaturas, puedan participar también tus adversarios.
Claro que conociendo a diversas personas que defienden en el PAC la convención abierta, no cabe duda que están pensando en otra cosa. Con toda seguridad dirán que su convención estará regida por reglas que garantizaran que no mande el dinero ni la publicidad, que cada candidata o candidato gozará de las mismas condiciones, etcétera; también que estará garantizada la participación únicamente de los simpatizantes, pues se exigirá a cada votante firmar una carta de adhesión a los principios éticos y programáticos del PAC, cosa que no van a hacer los adversarios.
Lamentablemente la política dura y real no se sostiene sobre esos mimbres. Precisamente lo que lamentablemente impera es el cinismo, la hipocresía, el poder del dinero, la compra y venta corrupta del voto, las tácticas deshonestas.
La gente decente de este país tenemos la esperanza de que derrotaremos esa política.
Repito que habría que hacer un análisis diferente, no en cuanto al fondo sino al método, en caso de coaliciones populares y progresistas, donde conviven diversos partidos, grupos sociales y personas. Pero aún en este caso, la convención abierta pienso que siempre sería una grave concesión al adversario.
* Exdiputado, Presidente del Partido Frente Amplio
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