Sunday, February 5, 2012

[GUASABARAeditor] El toro que es

Puntos de vista 28 Enero 2012
EN PLURAL
El toro que es
Yvelisse Prats Ramírez De Pérez
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Si quisiera, podría escribir este En Plural ahondando en el absurdo. Respondería, si quisiera, con nombres y apellidos a los algunos que agreden a su gente, a su partido, como alacranes que potencian su veneno mordiéndose la propia cola.
Si quisiera. Pero no quiero. En la fragua maestra de la añorada UASD del Movimiento Renovador, aprendí a priorizar las contradicciones principales sobre las secundarias.
Aplicamos ese principio en los días difíciles del combate por los derechos humanos. Entre bombas y balas construimos en nuestra Alma Mater la trinchera de acuerdos Racionales en la que se conjugaron posiciones disímiles alrededor de objetivos cardinales.
Con intuitivos saberes, logramos compactarnos y actuar juntos; lo que nos separaba, lo dejamos de lado, por lo menos hasta luego, y logramos bastante.
Aplico la lección inolvidable en el momento actual de la nación, mi más grande Alma Mater. Para mí, para el Partido Revolucionario Dominicano, para los sectores y movimientos aliados, para los que creemos que Bosch y Peña Gómez deben seguir viviendo en sus ideas; para todos los que sentimos el horror de que este país nuestro continúe en reversa, Danilo y Margarita guiándolo, la contradicción principal está diáfanamente definida: el adversario-meta es el Partido de la Liberación Dominicana, en la expresión de su gobierno: desalmadas políticas públicas, asépticamente macroeconómicas, gestión desprovista de alientos sociales, solidaridad y humanismo, inexplicables fortunas, opulencia exhibida sin pudores, endeudamiento desenfrenado, ausencia de austeridad, voracidad fiscal, exorbitante control mediático que confunde y aturde; y el poder económico que adquiere viviendas suntuosas, joyas y tocados extravagantes, y pretende comprar con igual facilidad conciencias vencidas por la miseria. Ese es el PLD, el único contrincante del Partido Revolucionario Dominicano.
A ese peligroso opositor es al que debemos combatir frontalmente los perredeístas, desde el bastión de nuestra historia, orfebrizada en la lucha frente al continuismo, la desigualdad y el abuso de poder, la utilización de la ignorancia y la miseria para perpetuar regímenes podridos; una historia que proclama la defensa de la soberanía y la identidad nacional que la visión neoliberal de la globalización que comparte el PLD debilitan.
Los males que el PRD combatió tensando las voluntades corajudas de su dirigencia y de su militancia, se encarnan en este momento en el PLD, y para merecer y honrar nuestro pasado, y proteger nuestro futuro, es el PLD el adversario que debemos enfrentar.
Lo venceremos, porque así lo quiere y lo necesita la mayoría del pueblo, si no nos perdemos en equívocos desvíos.
Desviarse, mis 50 años como perredeísta me obligan advertirlo, aunque sea un paso, una pulgada, una palabra, un instante, un guiño, equivale a traicionar la épica lucha contra "el enemigo del pueblo" que esta vez no es el de Ibsen, sino el PLD, en la amenaza del continuismo peledeísta.
Si se quiere morigerar el anatema que conlleva el concepto traición, desviar el camino compartido, volverse hacia otro lado, perder de vista el blanco al que hay que disparar de contínuo en la campaña, es, por lo menos, una grave equivocación política; mirar hacia el toro que no es, para recibir la cornada del toro que es, demuestra un ignorante estrabismo que puede ser tan dañino como una mala intención.
Gastar pólvora de alguno de nuestros necesarios fusiles volviendo hacia dentro del partido sus miras, nos resta un sujeto, un prestigio, una imagen; y nos suma desengaños y desconciertos, sobre todo en el imaginario social de sectores que tenemos que enamorar todavía, para con sus votos ganar por amplio margen en primera vuelta.
Cualquier manual introductorio de política nos recuerda en los conceptos de Jean Marie Domenech una de las principales reglas en la propaganda política: la simplificación, y EL ENEMIGO ÚNICO.
En la política, que es guerra, como nos explican Van Clausewitz y Carlos Matus, no hay espacio ni conveniencia para multiplicar al contrincante, irradiándolo en pequeños pero peligrosos conflictos.
Un único contrincante definido, ubicado en la acera de enfrente; la estrategia que destaque los mejores perfiles del candidato, y de su programa de gobierno; un partido unido ¡ay! Como exigía Peña Gómez, y una lealtad de hierro al compromiso de retornar nuestro partido al poder. La fórmula es simple, sana y eficiente.
El toro que ha embestido y corneado al pueblo dominicano es el PLD. Ese es el toro al que hay que sacar de la Plaza Electoral. Esa es la contradicción principal que nos convoca a torear todos juntos en el ruedo. No quiero participar en ninguna otra batalla, compañeros. http://www.listindiario.com/

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Publicado por GUASABARAeditor en GUASABARAeditor el 2/05/2012 11:12:00 AM

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