Wednesday, December 17, 2025

50 años de estabilidad económica y evolución productiva en República Dominicana (1970–2025)

📊50 años de estabilidad económica y evolución productiva en República Dominicana (1970–2025)

Inflación controlada

Exportaciones récord en zonas francas

Agro premium: cacao y tabaco

🌱 Próxima frontera: innovación + resiliencia

https://noticiasguasabara.blogspot.com/2025/12/estabilidad-no-basta-el-salto-pendiente.html

#EconomíaRD #Industria #AgroExportador #CEPAL #FMIZP

📌Estabilidad no basta: el salto pendiente de la economía de la República Dominicana

IA, encadenamientos y gobernanza eléctrica para competir mejor.

https://x.com/GUASABARAeditor/status/2001298044201935128?s=20

La lección de estas cinco décadas es, en el fondo, una invitación: cuidar la estabilidad, sí; pero sobre todo usarla como plataforma para el próximo salto.

La República Dominicana tiene credenciales que la región mira con respeto —inflación en meta, cuentas externas financiadas por IED, reservas robustas, exportaciones diversas— y tiene, además, aprendizaje institucional para sostener el rumbo.

Lo que falta es transformar esa base en un pacto económico que articule industria, servicios y agro; una conexión virtuosa entre zonas francas y proveedores locales; talento 4.0 y cambio tecnológico; electricidad competitiva y logística moderna; un Estado que preserve la prudencia macro mientras apuesta por la productividad.

Si esa es la hoja de ruta, la estabilidad no será un fin en sí mismo: será el mejor seguro para un crecimiento sostenible e inclusivo que eleve de manera palpable el bienestar de la gente. Y en ese propósito, la prensa, la academia y la política tienen un rol común: exigir evidencia, medir resultados y sostener continuidad. Porque el verdadero salto pendiente no es solo económico: es el salto institucional que convierte consensos en capacidad de ejecución.


Estabilidad no basta: el salto pendiente de la economía de la República Dominicana

  • IA, encadenamientos y gobernanza eléctrica para competir mejor.
  • Cincuenta años de industria estabilidad y evolución productiva en República Dominicana (1970–2025)

Por Luis Orlando Díaz Vólquez

Durante más de cinco décadas, la República Dominicana ha logrado un equilibrio raro en América Latina: crecimiento sostenido con inflación contenida y un marco institucional que inspira confianza a la inversión y sostiene el empleo formal. Ese desempeño no es obra de la casualidad ni responde a un ciclo de bonanza aislado; es el resultado de una arquitectura que colocó la estabilidad de precios en el centro del mandato del Banco Central, combinada con el dinamismo de la demanda interna, la continuidad de la inversión pública, el crédito privado y una apertura inteligente que integró al país en cadenas globales de valor. Hoy, sin embargo, ese activo histórico enfrenta su prueba decisiva: convertir estabilidad en productividad, y productividad en un salto de valor agregado que asegure tasas de expansión más altas, empleo de calidad y resiliencia ante choques externos y climáticos.

Tras los sobresaltos inflacionarios de 2021–2022, el país regresó al corredor objetivo, con una inflación que, en 2025, se mantuvo cerca de la meta, apoyada por expectativas firmemente ancladas y un esquema de metas creíble. Al mismo tiempo, los organismos internacionales han señalado que, aunque la República Dominicana conserva fundamentos sólidos —posición externa financiada por inversión extranjera directa, reservas robustas y banca estable—, el crecimiento proyectado para 2025 y 2026 será moderado, por encima del promedio regional pero insuficiente para romper la trampa de bajo crecimiento que la CEPAL identifica en la región. La conclusión es clara: estabilizar no basta. Si la productividad no acelera, el país corre el riesgo de consolidar un "crecimiento cómodo" que no eleve de forma sostenida el ingreso y la calidad del empleo.

En el ingreso por persona hay señales de convergencia que merecen subrayarse. El PIB per cápita dominicano superó los diez mil ochocientos dólares en 2024, frente a menos de tres mil dólares en el año 2000. En dos décadas el país avanzó lo que a otros les toma generaciones. Ese dato resume bien la transformación de la economía, pero también abre interrogantes: ¿cuánto de ese avance se explica por estabilidad y cuánto por productividad? ¿Qué barreras frenan que el crecimiento potencial se acerque a su trayectoria histórica de 5%? ¿Qué cambios institucionales y sectoriales se requieren para que la próxima etapa, más que administrar estabilidad, impulse valor agregado y densidad tecnológica en todo el tejido productivo?

La estructura sectorial ofrece pistas de respuesta. Los servicios superan la mitad del PIB y actúan como amortiguador de choques; la industria —manufactura, construcción, minería y utilidades— mantiene un peso cercano a un tercio; y el agro, aunque redujo su participación relativa a alrededor de 5% del producto, preserva vocación exportadora en rubros de nicho. En ese entramado, las zonas francas han sido un catalizador decisivo: en 2024 aportaron más de 8,400 millones de dólares en exportaciones, con 843 empresas distribuidas en 94 parques y casi 200,000 empleos directos. En 2025 se registró un máximo histórico superior a 200,000 plazas. Lo crucial no es solo el volumen: son los encadenamientos con proveedores nacionales. Las compras locales superaron los 155 mil millones de pesos en 2024, cifra que habla de densidad productiva, aprendizaje colectivo y derrames tecnológicos. Cuando una empresa exportadora compra más insumos locales, no solo reduce costos logísticos: multiplica las oportunidades para que talleres, pymes y manufactureras domésticas mejoren procesos, suban estándares, se certifiquen y ganen escalabilidad.

La composición de la canasta exportadora de zonas francas también ha cambiado. Dispositivos médicos y eléctricos/electrónicos ganaron peso, junto con la tradicional fortaleza del tabaco. Eso obliga a acelerar una agenda de clústeres de alto valor: encadenar manufactura avanzada con servicios especializados, logística, diseño, software industrial y certificaciones. La adopción de inteligencia artificial y automatización —desde control de calidad con visión computarizada hasta mantenimiento predictivo, gemelos digitales y planificación avanzada de producción— no es un lujo, sino una condición para fracturar la barrera de productividad. La industria que incorpora IA en planta y procesos logra menos defectos, ciclos más cortos y ahorro energético; traduce datos en decisiones y, en definitiva, compite mejor.

El agro cuenta una historia paralela de sofisticación. Las exportaciones agropecuarias superaron los 3,200 millones de dólares en 2024, con el tabaco, el cacao y las frutas como estandartes. El cacao fino y de aroma se consolidó como motor, mientras otros rubros como el azúcar evidencian rezagos que exigen tecnificación, mejora logística y gestión hídrica. La vulnerabilidad climática impone una modernización impostergable: riego eficiente, trazabilidad desde finca, digitalización de cadenas de frío y certificaciones que abran puertas en mercados exigentes. Si el país logra convertir su ventaja agroecológica en reputación de calidad y trazabilidad, el impacto se verá no solo en precios y cuotas de mercado, sino en la atracción de inversiones y en la estabilidad de ingresos de productores.

La minería ilustra la importancia de una visión de portafolio. La caída de las exportaciones de ferroníquel en 2023, asociada a interrupciones operativas y a ciclos de precios, recuerda que la estrategia no puede descansar en un solo mineral ni en una sola operación. Se requiere diversificar productos, mercados y tecnologías de extracción, con gobernanza corporativa y estándares ambientales que reduzcan riesgos operativos y reputacionales. La meta no es abandonar la minería, sino administrarla con prudencia, para que aporte divisas, empleo y encadenamientos sin comprometer estabilidad fiscal ni ambición ambiental.

En el sector externo, el país ha logrado financiar déficits de cuenta corriente con inversión extranjera directa, apoyado por exportaciones y remesas, lo que ha sostenido la estabilidad cambiaria. Pero la coyuntura internacional seguirá exigiendo resiliencia: menor dinamismo de la demanda externa, ajustes en políticas comerciales de Estados Unidos y volatilidad de los flujos de financiamiento pueden afectar turismo, exportaciones y crédito. El desafío es convertir el buen nombre del país —estabilidad, reglas claras, apertura al mundo— en una estrategia de nearshoring y logística inteligente. Eso significa facilitar comercio con una ventanilla única interoperable, digitalizar procesos aduaneros, estandarizar datos de trazabilidad y consolidar corredores de frío. Significa, también, aprovechar las sinergias con Puerto Rico y el Caribe anglófono, y mirar con pragmatismo oportunidades en Centroamérica y la costa este de Estados Unidos.

Si hay un cuello de botella transversal es el energético. La gobernanza eléctrica, incluida la reducción de pérdidas, la expansión de renovables y el despliegue de almacenamiento, no es un tema técnico: es el corazón de la competitividad costo‑energía de la industria. Un kilovatio más caro o más inestable se convierte en margen perdido, horas extras, rechazo de lotes y reputación dañada ante compradores internacionales. Implementar con rigor el pacto eléctrico, mejorar la gestión de redes, reformar incentivos tarifarios y acelerar inversiones en generación y almacenamiento son pasos esenciales. La transición energética debe ser pragmática: más solar y eólica donde son óptimas, almacenamiento para balancear carga, redes más inteligentes y eficiencia en planta con gestión de demanda, recuperación de calor y motores de alta eficiencia.

La productividad no sube sin talento. El país necesita un salto de formación dual que articule INFOTEP, universidades y gremios sectoriales; currículos que respondan al piso tecnológico de dispositivos médicos, electrónica, farmacéutica y agroindustria; certificaciones reconocidas por compradores internacionales; programas de aprendizaje en planta y rutas de carrera que retengan técnicos e ingenieros. El talento 4.0 no se improvisa: se construye con instructores actualizados, laboratorios funcionales, prácticas reales y evaluación continua de competencias. Hay, además, una oportunidad estratégicamente subestimada: elevar la participación femenina en ocupaciones técnicas y de supervisión, donde los datos muestran avances pero aún existe margen para cerrar brechas y ampliar productividad en equipos diversos.

El financiamiento debe acompañar. Un mercado de capitales con bonos verdes y sociales, instrumentos para infraestructura logística y energética, y vehículos orientados a clusters permitiría canalizar ahorro hacia proyectos de alto impacto. Al mismo tiempo, la banca comercial, el factoring y los fondos de garantías pueden aliviar el cuello de botella del capital de trabajo en proveedores locales. Cuando una pyme certifica procesos y entrega a tiempo a una zona franca, el país gana dos veces: sube el contenido local y se aprende a competir en estándares globales.

Las pymes requieren un programa de desarrollo de proveedores quirúrgico: diagnóstico de brechas, hoja de ruta de mejora, financiamiento atado a hitos de calidad, mentoría en estandarización y compras coordinadas de insumos críticos. Un esquema de "proveedor ancla" —una gran empresa que adopta y acelera a tres o cinco pymes por año— puede multiplicar el efecto demostración. La política industrial moderna no es subvención generalizada: es punta de lanza, foco en sectores con potencial y evidencia de resultados.

Para evitar vaguedades, la agenda debe definirse con métricas. Tres objetivos medibles: elevar en cinco puntos porcentuales el contenido local de las exportaciones de zonas francas en dos años; reducir las pérdidas eléctricas en al menos tres puntos; y aumentar en 20% la productividad total de factores en tres clústeres prioritarios mediante adopción de tecnologías digitales, I+D y formación especializada. Acompañemos esos objetivos con indicadores de valor agregado doméstico, intensidad de I+D, tiempos de despacho en frontera, certificaciones activas y participación de mujeres en ocupaciones técnicas. Lo que no se mide no mejora; lo que se mide bien, cambia conductas.

La gestión del riesgo debe estar integrada desde el diseño. El país tiene exposición climática y sísmica; la continuidad operativa en parques industriales exige protocolos, simulacros y seguros paramétricos, especialmente en agro y manufactura de exportación. La resiliencia no se improvisa: se invierte en infraestructura, se coordina público‑privado, se diseñan redundancias y se entrenan equipos.

El cronograma importa. Un primer semestre de 2026 debería concentrarse en tres frentes: ventanilla única interoperable con metas de reducción de tiempos; paquete de gobernanza eléctrica para pérdidas y almacenamiento; y programa de desarrollo de proveedores con enfoque en dispositivos médicos y eléctrico/electrónico. En paralelo, una agenda de formación dual y certificaciones alineadas a demandas reales de planta debe arrancar sin dilación, con cohortes pequeñas pero medibles. Para el segundo semestre, el despliegue de pilotos de IA industrial en calidad y mantenimiento puede mostrar resultados rápidos: menos rechazos, menos paradas, más productividad.

La comunicación también cuenta. Inversionistas, cámaras y compradores internacionales responden a señales claras y consistentes: reglas estables, tiempos previsibles, compromiso con estándares. Una narrativa que combine estabilidad macro con productividad sectorial y clima de inversión creíble es un activo que no se debe descuidar.

La lección de estas cinco décadas es, en el fondo, una invitación: cuidar la estabilidad, sí; pero sobre todo usarla como plataforma para el próximo salto. La República Dominicana tiene credenciales que la región mira con respeto —inflación en meta, cuentas externas financiadas por IED, reservas robustas, exportaciones diversas— y tiene, además, aprendizaje institucional para sostener el rumbo. Lo que falta es transformar esa base en un pacto económico que articule industria, servicios y agro; una conexión virtuosa entre zonas francas y proveedores locales; talento 4.0 y cambio tecnológico; electricidad competitiva y logística moderna; un Estado que preserve la prudencia macro mientras apuesta por la productividad. Si esa es la hoja de ruta, la estabilidad no será un fin en sí mismo: será el mejor seguro para un crecimiento sostenible e inclusivo que eleve de manera palpable el bienestar de la gente. Y en ese propósito, la prensa, la academia y la política tienen un rol común: exigir evidencia, medir resultados y sostener continuidad. Porque el verdadero salto pendiente no es solo económico: es el salto institucional que convierte consensos en capacidad de ejecución.
.....

✅ República Dominicana: 5 décadas de estabilidad y crecimiento
La economía dominicana mantiene inflación controlada (4 % ± 1 %), PIB per cápita en US$10,876 y proyecciones de crecimiento moderado para 2025–2026 (CEPAL/FMI).
🔹 Zonas Francas: US$8,425.9 MM en exportaciones y 200,134 empleos (oct. 2025).
🔹 Agroexportaciones: cacao y tabaco lideran con US$3,273.5 MM en 2024.
🌍 Retos: menor demanda global, riesgos climáticos y volatilidad financiera.
📌 Agenda 2026: productividad, innovación y resiliencia.
#EconomíaRD #ZonasFrancas #AgroExportador #CEPAL #FMI #Innovación

.....


--
Ing. Luis Orlando Díaz Vólquez
1.- GUASABARAeditores
2.- GUASABARAeditor
http://guasabaraeditor.blogspot.com/
email: guasabara.editor@gmail.com / orlandodiaz3@gmail.com  guasabara.editores@gmail.com
Cel. 829.838-3957
+++++
NO SPAM
-Aviso legal: Su dirección de correo fue obtenida en una base de datos pública, si no desea recibir más correos de este tipo favor respondaeste correo con la palabra Remove, lamentamos los inconvenientes causados. En caso de removerse de la lista esto pudiera tardar de 48 a 72 horas en hacerse efectivo.

--
Has recibido este mensaje porque estás suscrito al grupo "GUASABARAeditor" de Grupos de Google.
Para cancelar la suscripción a este grupo y dejar de recibir sus mensajes, envía un correo electrónico a guasabaraeditor+unsubscribe@googlegroups.com.
Para ver este debate, visita https://groups.google.com/d/msgid/guasabaraeditor/CAKc34Zx1-toWDwM5nXXDqn5ye7RYX9LRE1gQGfGOwgABL%3DaG2g%40mail.gmail.com.