Solo en un año, población adulta mayor de Costa Rica aumentó en más de 44 mil (Vídeo)
La vejez es tan segura como la muerte y, aunque cientos de personas tratan de retardar su llegada, lo cierto es que nadie ha podido evitar que la belleza se acabe, que lleguen las arrugas ni que las funciones motoras y cognitivas vayan perdiendo fuerza y lucidez. Sólo en un año, del 2010 al 2011, en Costa Rica se reportan 44.640 adultos mayores más.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Costa Rica (INEC), del año 2011, hay una población de 556.461 adultos mayores entre los 50 y los 64 años. De 65 años a 74 años, existen 181.582; de 75 a 84 años, 96.692, y de 85 a más años de edad se registran 33.438.
En la población adulta mayor impera el género femenino, pues entre los adultos de 50 a 64 años, hay 265.055 hombres y 291.406 mujeres. De los que tienen edades entre los 65 y 74 años, 94.824 son mujeres. De 75 a 84 años, 52.477 son mujere y de 85 años a más solo hay 13.861 hombres frente a 19.577 mujeres.
¿Dónde están los adultos mayores?
Aunque se quisiera decir que todos los adultos mayores disfrutan de una buena pensión y de una sana y amorosa compañía familiar, lo cierto del caso es que la mayoría tiene dificultades para tener una vejez digna.
Según registro del Consejo Nacional del Adulto Mayor (CONAPAM) hay 2.352 personas adultas mayores en condiciones de pobreza ubicados en hogares de ancianos y 1.345 en centros diurnos. Además, 4.800 adultos mayores son atendidos en las redes de cuido cantonales.
Sonia Valerín, administradora del Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa, comentó que la población adulta mayor aumenta con rapidez y que gran parte se encuentra en condiciones de soledad.
En el país existen 71 Organizaciones de Bienestar Social (OBS) y 22 Centros Diurnos, todas de origen privado, donde se da atención a la población que supera los 65 años de edad.
Sin embargo, ante el crecimiento de la población de adultos mayores, parece que el número de centros se hace insuficiente para dar cabida a quienes no tendrán la suerte de envejecer con sus seres queridos.
Eso ha provocado el surgimiento de una serie de centros que operan de modo clandestino, que se convierten en una opción más barata (aunque no siempre segura) para quienes necesitan atención por vejez.
Los "hogares clandestinos" son pequeños, de 5 o 10 o hasta 20 personas. No son regulados por la ley ni por las autoridades de salud y pueden no estar capacitados para el manejo y atención de las personas de edad avanzada.
Según el CONAPAM, estos hogares deben ser intervenidos por el Ministerio de Salud, el cual aplicaría un Plan Remedial que, de no ser cumplido, obligaría al cierre técnico y al traslado de los residentes a una OBS que cumpla con las normas sanitarias y de responsabilidad para con el adulto mayor.
Cara atención
La Asociación Hogar Carlos María Ulloa tiene una población de 195 adultos mayores recluidos (75 varones y 120 mujeres), distribuidos en salones individuales, compartidos o generales.
Las edades de estas personas van desde los 65 años hasta los 104 años, aunque la mayoría tiene entre 75 y 80 años de edad.
Estos adultos son atendidos por 135 empleados de distintas áreas y categorías, y reciben la atención de voluntarios acreditados y estudiantes de medicina y enfermería.
En este hogar de ancianos existen distintos niveles de alojamiento, por ejemplo, para que un adulto mayor goce de una habitación con baño propio, televisión, refrigeradora y atención –como si estuviera en un hotel- debe pagar 450.000 colones al mes. Si esta habitación es compartida con otra persona el costo es de 400.000 colones.
Hay otras pensiones individuales que cuestan 300.000 colones, pero no tienen el baño incorporado y están los salones generales que dividen a los hombres de las mujeres y alojan entre 15 y 20 personas, que son ubicadas por cama, como en un hospital.



Las personas que ingresan a los salones generales son en la mayoría adultos de más bajos recursos que ingresaron por riesgo social, régimen no contributivo o por invalidez vejez o muerte.
El salón por sí solo tiene un costo, según indicó la administradora del hogar, sin embargo, si un adulto reúne las condiciones e ingresa por ejemplo, por régimen no contributivo, se cobra un 90% de la pensión y el resto se presenta al Consejo Nacional del Adulto Mayor (CONAPAM) para que financie el faltante.
CONAPAM debe fiscalizar
Aunque los costos de atención de un adulto mayor pueden cambiar de un hogar a otro, el ente encargado de fiscalizar la buena operación de cada centro es el CONAPAM, el cual realiza de 10 a 20 visitas al año a cada centro.
Funcionarios del CONAPAM aseguraron que cuando se reciben denuncias, ya sea telefónicas o en las oficinas del ente, con relación a maltrato o abuso en la atención de personas adultas mayores, se realiza la investigación correspondiente y si la situación se demuestra se lleva el caso ante el Ministerio Público.
Sonia Valerín, del Hogar Carlos María Ulloa, reconoció que las denuncias son difíciles de evitar en una población vulnerable como lo es la de los adultos mayores. "Las denuncias siempre se presentan, más que todo por maltrato", y aseguró que lo lamentable es que "no todas se logran demostrar".


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