| 30 de Octubre del 2012, 3:45 PM | |||||||||||||
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Una prolongada crisis, fruto de un histórico ahogo económico, pero también de sus desaciertos y el peso de grupos de intereses que responden a esquemas clientelistas, han conducido a la Universidad Autónoma de Santo Domingo a su postración actual. Una primera baja en esta suerte de guerra silenciosa ha sido la calidad académica y, por ende, el pensamiento crítico, enmohecido por los aprovechamientos oportunistas de sectores que medran a su costa. Con una matrícula de casi doscientos mil estudiantes, el 62 % concentrado en su sede central y el restante 38 % diseminado en sus dieciséis centros regionales, la universidad estatal sobrevive con una asignación presupuestal de apenas el 1 % del 5 % del Presupuesto General que le corresponde por ley. Hurgar en el financiamiento a la academia desde 1966, cuando obtuvo su autonomía presupuestaria, al 2011, revela un déficit acumulado que ronda los cien mil millones de pesos. Es en 1983, durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco, cuando la UASD recibe la mayor partida presupuestaria del período, un 3.1 %, equivalente a 25, 250 millones pesos de una partida de casi 41 millones que le correspondían, según indica el informe sobre Educación Superior en República Dominicana, fundamentado en el Plan Decenal de Educación Superior 2008-2018 del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MEESCYT). Jesús de la Rosa, consultor y docente por muchos años en la universidad estatal, es uno de los actores que entienden que el nudo gordiano del avance de la academia es la carencia de recursos que inmoviliza los necesarios procesos de cambio. Y en efecto, como lo demuestran las estadísticas, la asignación presupuestaria correspondiente a este año es de 3,993,431 millones de pesos; esto equivale a una inversión anual por estudiante de 21,539.15 pesos. Si se compara con el costo del semestre que debe pagar un estudiante la diferencia es abismal: hasta antes de la aplicación de los aumentos decididos por el Consejo Universitario, un estudiante de nuevo ingreso pagaba 179 pesos promedio por el total de las materias seleccionadas. Esto permite que en la UASD carreras como la de Comunicación Social, mención Periodismo, terminen costando 1,600 pesos, pagos adicionales incluidos. Es decir, el estudiante uasdiano promedio solo es responsable de financiar el 1,5 % de la inversión en su carrera. Problemas financieros de la UASD: La historia de nunca acabar Atrapada en sus problemas financieros, con una creciente matrícula estudiantil y con apenas tres mil maestros responsables de impartir docencia para cubrir la oferta curricular, la academia ofrece actualmente 120 carreras, según datos de su Departamento de Informática. Un vistazo al comportamiento del financiamiento a la UASD, tomando como referencia los últimos ocho años, es decir, de 2005 a 2012, y de acuerdo a datos del presupuesto nacional, revelan que dejó de recibir en el período 82,000 millones de pesos, muy lejos de lo que hubiera recibido si el gobierno no incumple el artículo 3 de la Ley 5778 que dice: "…el Estado dedicará anualmente para el financiamiento de la Universidad Autónoma de Santo Domingo un subsidio que no será inferior al 5 por ciento del presupuesto nacional". Es así como, por inobservancia a la Ley de Autonomía, en el año 2005 a la academia se le asignó solo el 1.11 %; en 2006, el 1.0 %; en 2007, el 0.99 %; en 2008, el 0.97 %; en 2009, el 1.09 %; en 2010, el 1.08 %; en 2011, el 1.02 % y finalmente en 2012, el ya aludido 1.09 % por ciento. Ese comportamiento sirve al rector Mateo Aquino Febrillet para rechazar el argumento, muy socorrido, de que la UASD es una especie de "barril sin fondo". Reconoce que, en efecto, nunca se ha entregado el 5 % de ley, pero piensa que sería "poco comprensivo" pedir al gobierno que se ciña de manera estricta a este porcentaje. Para ser realista, se decanta por un aumento progresivo de las partidas, algo que, al parecer, no ocurrirá por ahora. La profesora Olaya Dotel guarda distancia del enfoque meramente financiero de los problemas de la UASD. En su opinión, la universidad está compelida a asumir los retos que plantea la nueva realidad social dominicana y a producir una reforma que propicie una nueva manera de verse a ella misma y haga posible una forma de funcionamiento más creativa y crítica. Insiste: verlo todo a través del prisma de la mala administración y la carencia de recursos es reduccionista. Para De la Rosa, la cuestión es simple: "Otro estadio de la educación superior facilitaba más que el sacrificio sustituyera la falta de inversión y atención, pero hoy día la situación es diferente debido a que el tipo de educación de estos tiempos requiere dinero". Fortalece sus argumentos haciendo comparaciones con el financiamiento recibido por algunas macrouniversidades estatales latinoamericanas, y pones de ejemplo a la universidad pública de Puerto Rico, que con la mitad de la matrícula de la UASD recibe un presupuesto anual de 50 millones de dólares. Lo propio ocurre con la Universidad Central de Venezuela, que para una matrícula de 62,000 estudiantes y 8,601 docentes, recibe anualmente 292 millones de dólares, lo que le permite una inversión por estudiantes de 4,669 dólares, La situación preocupa a todos La preocupación mueve a los principales dirigentes de la Federación de Estudiantes Dominicanos, quienes enfocan el problema desde una perspectiva distinta, haciendo énfasis en las debilidades administrativas de la UASD, lo que, a juicio del vicepresidente del gremio, imposibilita la adopción de medidas que obliguen a los gobiernos a dar cumplimiento a la ley. En ese convencimiento, Willy Pérez dice que el derecho que les asiste de tener un presupuesto justo solo se materializará si se mantiene la cohesión de los sectores que confluyen en la academia, expresado en un mejor desempeño administrativo, más eficiencia en los servicios y transparencia en el manejo de los fondos y, única manera de salir hacia afuera a exigir al gobierno que cumpla con el presupuesto establecido por ley. El dirigente estudiantil cree en la necesidad de "poner la casa en orden", y señala que para ello, es necesaria la racionalización administrativa. En ausencia de esta, no solo ve alejarse la posibilidad de que el gobierno acceda a otorgar los recursos debidos a la UASD, sino que se afianzan las bases para su privatización. Va más lejos al asegurar que si en la coyuntura actual lograsen que a la universidad se le asigne el cinco. por ciento estipulado, los problemas, aunque de otra naturaleza, se agudizarían debido a la ausencia de una organización plena, por lo que insiste en la cohesión interna. El sindicato que agrupa a los empleados de la UASD tiene también su propia interpretación del problema ausadiano. Ángel Osiris, dirigente del gremio, coincide con los estudiantes y otros sectores en que la crisis actual responde al mal manejo de los recursos y al clientelismo que permea las estructuras de la universidad. La vicerrectora administrativa, Emma Polanco, difiere de lo expresado desde los sindicatos y lo justifica en el bajo presupuesto de la universidad, que a duras penas le permite cumplir con sus compromisos, y que induce al desgaste en la captación de los recursos que le permitan sobrevivir. Aunque desde diferentes enfoques, los actores de la situación de la UASD coinciden en un punto: hacen falta recursos que permitan impulsar los proyectos alentados desde varios sectores, a veces contradictorios, como única garantía de pervivencia de la academia. Ivonne Ferreras/7dias.com.do |
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Publicado por GUASABARAeditor en GUASABARAeditor el 10/30/2012 07:23:00 p.m. --
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